03/03/2016

Existen muchas teorías acerca de la actividad de nuestro cerebro. Seguramente ahora mismo puedes pensar en alguna explicación que hayas aprendido o bien comprobado en la práctica. Aunque la humanidad maneja una cantidad considerable de datos y aseveraciones a cerca de nuestro órgano central, una gran parte de su funcionamiento permanece en el misterio.

Aunque sea solo por curiosidad… ¿Te has preguntado como se creó la especie humana? ¿Qué papel desempeñamos en el cosmos?
Es posible que la especie humana se ha hecho estas preguntas desde su origen.

La ciencia afirma que no aparecimos como una respuesta a la evolución de la especie. Pero la herencia de la especie ancestral que se mantiene en nuestro cerebro. Se dice que tenemos cuatro cerebros. Tres de ellos compartidos con las especies que nos antecedieron: reptiles, mamíferos y primates y solo uno exclusivo de la humanidad (córtex).

De los reptiles heredamos este primer cerebro en el que habitan los recursos y soluciones para la supervivencia: primera función de un organismo vivo. En el cerebro reptiliano se encuentra el dinamismo para las reacciones motoras.Al comprender su naturaleza, entenderemos también que el cerebro de reptil que poseemos se caracteriza también por ser egoísta, individualista y por centrarse en el yo: yo primero, yo segundo, yo tercero, yo, siempre yo. Su función es la supervivencia.

El segundo cerebro nos emparenta con los mamíferos. También es llamado Sistema Límbico. Nos hereda la posibilidad de socializar. Gracias a él desarrollamos la comunicación. Otra de las funciones principales del cerebro mamífero es controlar las emociones, sin embargo en situaciones de riesgo, este cerebro no logra ver más allá de su familia; primero está mi familia y luego sigue y seguirá mi familia.

De nuestros parientes cercanos heredamos el cerebro córtex. Este nos aporta la capacidad de construir herramientas. Su legado también se extiende hacia la integración de grupos sociales más amplios, sin embargo es también el cerebro de la violencia, la exclusión, la dominación, la estructura jerárquica en las relaciones: “alguien debe mandar, mi tribu está por sobre todo: “nosotros y ellos”, conmigo o en mi contra”.

El cuarto cerebro que no compartimos con otras especies; el neo córtex. Se conoce que este es el producto de la última evolución. En este cerebro reside la capacidad de creación, intuición, de crítica, de descubrimiento. Es el cerebro a la revisión continua. El cerebro humano concibe la exclusión ni la violencia porque comprende que somos parte de la red de la vida y que el daño es un elemento a un ser de cualquier especie, un daño personal es un daño para todos.
Como verás, en este taller transitaremos entre posturas y teorías que no habrán de determinarte. Tu aprendizaje significativo te guiará hacia la explicación que necesitas o te mantendrá aún cuestionando la pregunta. Pero si aceptamos la teoría evolucionista no es difícil percibir que no somos la cúspide de la creación. Tan solo somos parte de un proceso que continua.
Si ponemos en funcionamiento nuestros cuatro cerebros seremos parte de una nueva especie que es libre para elegir su propio camino.

El cerebro es el órgano central de las percepciones sensoriales, del pensamiento y de todos los contenidos de nuestra conciencia.
A nuestro cuarto cerebro: el humano, se le atribuyen al menos cuatro estratos diferentes.

LÓGICO: analítico, técnico y resuelve problemas.

ORGANIZADOR: conservador, planifica y administra.

 COMUNICADOR: emocional, espiritual, interpersonal.

 VISIONARIO: sintetizador, imaginativo, conceptualista.

Si alguno de los videos de ésta sección no fueran visibles por favor notifícalo a la coordinación del taller vía FB.

¿Has pensado en cuales son los enemigos de tu propia creatividad?
Observa este video y redacta un texto donde expliques ante qué situaciones se bloquea tu cerebro.

Te leo en la semana

Lila Zellet Elías
Coordinadora del taller de Creática
creatica.ulsa@gmail.com